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Biga Data, ubicación y cuentasn personales; quién y dónde estoy: ¿Sabes lo que pasa cuando das al «Sí, acepto» en un a app?

¿Merece la pena pagar nuestra privacidad para que se comercie con ella?

En internet no hay nada gratis.

Fue el primer mensaje que lanzó desde el estrado Chema Alonso, chief data officer (CDO) de Telefónica, encargado de ofrecer una lección magistral durante la entrega de los Premios CincoDías a la Innovación Empresarial.

Predecir el futuro es posible y fácil, con análisis de datos

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Admitámoslo: nos encantan las predicciones. Pero nuestro apetito por conocer el futuro solo es comparable con nuestros colosales fracasos para predecirlo. Recientemente, nuevos algoritmos que procesan grandes cantidades de datos revolucionaron nuestra habilidad de modelar el mundo. Estos pasaron de curiosidades científicas a herramientas imprescindibles que cambiaron industrias enteras en poco tiempo. Así, los algoritmos predicen qué palabra vamos a escribir después al redactar un mensaje en Whatsapp, qué vamos a comprar antes que lo hagamos, dónde ocurrirá un crimen antes que suceda, y hasta aspectos de nuestra personalidad mejor que nuestras parejas.

Nicolás Loeff tiene un PHD en ingeniería, es investigador, ex docente universitario y emprendedor. Actualmente diseña algoritmos predictivos aplicados a diversos problemas para mercados financieros en Nueva York y Tokio.

¿Qué es Big Data?

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Qué es, cómo nos afecta, para que sirve, quien lo usa… Todo esto y mucho más sobre el origen, el presente y el futuro del Big Data, en un breve video que hemos creado, y que te presentará los conceptos de una tecnología que hoy nos envuelve

 

La manipulación del Big Data: ¿Teoría conspirativa o realidad?

«Entre 2014 y 2016 los seres humanos produjimos el mismo volumen de información que toda la humanidad desde la prehistoria hasta 2013». ¿Vivimos en un mundo seguro?¿Hay algo o alguien detrás de todo esto que quiere aprovecharse de nosotros? ¿Tenemos hoy en día intimidad? Estas cuestiones y más en este artículo de «Supercurioso».

https://supercurioso.com/manipulacion-de-la-big-data-teoria-realidad/

El gran banquete

¿Cuánto van a tardar las grandes tecnológicas en fagocitar a la banca o a las energéticas?

Las comidas largas crean vidas cortas”, decía Alcofribas Nasier, el escritor que hizo del humanista francés François Rabelais un anagrama para escapar de la censura del siglo XVI. Los gigantes tecnológicos empiezan a mostrar un pantagruélico apetito comprador surgido de la enorme liquidez. Es la embrionaria manufactura producto de la monetización tras el olvidado fiasco de las puntocom.Aquella burbuja tecnológica devino en un fenómeno resiliente y voraz que nos retrotrae a la década de los noventa, cuando el Nikkei coqueteaba con los 40.000 puntos y los 18 mayores bancos mundiales eran nipones.

Esos bancos y corporaciones industriales empezaron construyendo trenes como Mitsubishi y terminaron haciendo turbinas, automóviles, electrodomésticos, banca, recorriendo toda la cadena de producción de todos los sectores con los que se topaban. La consolidación de estas grandes corporaciones japonesas fue producto de una política monetaria laxa y los torrentes de liquidez conseguidos con sus boyantes negocios que prometían hacer la vida más fácil a los ciudadanos del mundo desarrollado.

El fenómeno se reproduce en EE UU ahora, corregido y aumentado, con media docena de compañías cuya capitalización supera el PIB de muchos países tras haber conseguido un negocio global con millones de usuarios. Las cinco mayores firmas mundiales por capitalización son Apple, Alphabet, Microsoft, Amazon y Facebook, con un valor de 2,2 billones de euros. Es como si hubieran surgido un ramillete de Da Vincis que se han arrogado la tarea de reinventar el mundo en un tiempo récord.

George Soros, filántropo y especulador, advirtió en Davos sobre posibles prácticas torcidas de estas tecnológicas cuya materia prima son los datos que pueden componer tendencias del comportamiento humano. Facebook, con 2.000 millones de usuarios, ha sido el primer caso y no parece que vaya a ser el último tras el escándalo de la filtración de los datos de 87 millones de personas a través de Cambridge Analytica. La posibilidad de que esa fuga de información pudiera haber interferido en las elecciones en las que fue elegido Trump ha llevado a Mark Zuckerberg, creador de Facebook, a una maratoniana comparecencia ante el Congreso americano. Lo novedoso es que, por fin, se ha suscitado el debate de una regulación de Internet que proteja la privacidad de los usuarios. El comercio de los datos privados muestra un inquietante presente.

Otro ejemplo de la transformación de los negocios mundiales es Amazon, la empresa que desde la logística está poniendo en jaque las relaciones con los consumidores de acuerdo con los modelos de antaño. A golpe de inteligencia y de talonario adquirió por 13.700 millones los supermercados Whole Food. Ahora ha llamado a la puerta de los hogares inteligentes con la compra de la empresa de timbres Ring por 1.000 millones de dólares. Un sector en el que compite con Google y del que se espera un negocio gigantesco. Como los innovadores de oriente en los años noventa, compran empresas de cualquier sector y las transforman. Empresas cuya materia prima son los datos aportados por los consumidores, que cuentan con armas como el big data y la inteligencia artificial y que se abren paso en una innovadora revolución industrial con sus amenazas inherentes al poder del conocimiento de las costumbres.

La importancia de esto radica además en su enorme músculo comprador. Compañías como Alphabet, Apple, Amazon, Facebook o la china Alibaba, con una liquidez que les permitiría adquirir cada año sectores enteros de la economía española, por ejemplo. ¿Cuánto van a tardar en fagocitar a la banca o a las energéticas? Dependerá de la capacidad de estas para el cambio.

En los años noventa, desde la puerta del neoyorquino Waldorf Astoria se oteaba un cartel de la Pan Am en uno de los edificios icónicos de la ciudad. Empresas tradicionales demasiado grandes para quebrar tratan de hacer frente a la revolución que viene.

Los nuevos gargantúas del dinero tienen la pituitaria irritada por lo que ven comestible a su alrededor, pero su dieta consiste en comidas cortas centrando su objetivo en una larga vida, que diría el visionario Alcofribas. El gran banquete está trufado de empresas ajenas a estas dentelladas, mientras los monstruos tecnológicos se relamen disfrazados de jóvenes en camiseta y pantalón corto que juegan al pimpón en sus headquarters californianos. Ojo a los próximos bocados.

Jesús García López es periodista financiero y consultor de comunicación.

Fuente original: https://elpais.com/elpais/2018/04/23/opinion/1524477305_357218.html

Radiografía de las rutas preferidas por los ciclistas de Madrid

Un proyecto de la UCM rastrea sobre un mapa 250.000 rutas de bicis por toda la capital para su análisis

 

Vista de 60.000 rutas de BiciMAD durante una semana de abril de 2017 representado en un mapa.HUELLA CICLISTA

Un mapa urbano de la ciudad de Madrid comienza a iluminarse con trazos de color, cada uno de ellos correspondiente al trayecto de un ciclista por las calles de la capital. Esa es la carta de presentación de Huella Ciclista Madrid, un proyecto de big data desarrollado por el equipo de investigación t-GIS de la Universidad Complutense con el que han conseguido registrar unas 250.000 rutas de usuarios de BiciMAD para su posterior análisis.

«Nuestro objetivo es conocer el comportamiento de los usuarios para comprender mejor cómo les afectan distintos factores, y así saber cómo mejorar las infraestructuras urbanas», explica Gustavo Romanillos, investigador principal del proyecto. El germen de este estudio procede de una iniciativa de 2012, el Proyecto Transbici, y en el que la UCM, junto con la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), pretendían analizar la movilidad ciclista en las ciudades de Madrid y Vitoria. Debido a la falta de datos en la capital a excepción de algunas encuestas, Romanillos, como responsable del proyecto en Madrid, lanzó la iniciativa Huella Ciclista en 2013, en la que participan el director de t-GIS, Javier Gutiérrez, y los investigadores Borja Moya y Patxi Lamíquiz (UPM).

«Al comienzo contábamos con voluntarios, y conseguimos que varias empresas de bici-mensajería colaboraran con nosotros», narra Romanillos. Gracias a los 328 voluntarios y a los 23 repartidores que participaron, lograron captar 6.000 rutas, unos 50.000 kilómetros de rastreamiento GPS. Sin embargo, su proyecto logró un gran impulso cuando la EMT, una vez que BiciMAD fue municipalizada, cedió los datos de las rutas GPS de su parque ciclista (de unos 65.000 usuarios) al equipo de la UCM. Mediante un sistema de información geográfica, aplicaron los datos de las rutas a unos modelos de la red viaria de Madrid y establecieron una correspondencia de color en función del volumen de ciclistas que transitaban por una misma zona. De este modo pudieron visualizar y analizar unas 250.000 rutas durante el mes de abril de 2017.

Gracias a los estudios realizados en los últimos años han logrado averiguar, por ejemplo, que en el centro de la capital, la bicicleta es el medio de transporte más rápido en trayectos de hasta 21 minutos, por delante de coches privados, autobuses urbanos e interurbanos, metro o cercanías. «Si tenemos en cuenta la velocidad media de todos estos medios de transporte y los situamos en la plaza de Bilbao a las 8.00 en un día laborable, comprobamos que la bicicleta es el más competitivo en ese intervalo de tiempo», explica el investigador principal. De hecho, la velocidad punta de los ciclistas (15,71 kilómetros por hora) se da entre las 7.00 y las 10.00, momento en el que la velocidad media del tráfico motorizado es más baja.

Los datos recogidos durante el mes de abril de 2017 señalan que la calle más frecuentada por los usuarios de BiciMAD es Alcalá, con 900 usuarios de media entre lunes y viernes y 680 en fin de semana. Le siguen Serrano (500/270, con picos de 800 ciclistas en algunos tramos), Recoletos (450/400) y el Paseo de la Castellana (350/220). «Desde algunas asociaciones de ciclistas se ha intentado promover el uso de la bicicleta en zonas más tranquilas, pero hemos podido comprobar que las vías más frecuentadas por los usuarios de BiciMAD coinciden con las que tienen mayor cantidad de tráfico motorizado», destaca Romanillos.

Rutas de ciclistas (izquierda) y llegadas a estaciones de BiciMAD.
Rutas de ciclistas (izquierda) y llegadas a estaciones de BiciMAD. HUELLA CICLISTA

Respecto al uso de carriles bici, más del 60% de las calles donde circulaban una media igual o mayor a 100 ciclistas utilizaban un ciclocarril o un carril bici segregado. Estos datos se tomaron poco antes de la inauguración de las nuevas vías para ciclistas, que se han convertido desde entonces en fuente de conflictos vecinales. El pasado febrero, el foro local del distrito de Chamberí decidió en votación eliminar el carril bici segregado de la calle de Santa Engracia, petición que fue rechazada por el Ayuntamiento de Madrid. Según las averiguaciones del equipo de Huella Ciclista, la calle Santa Engracia se encuentra entre las más frecuentadas por ciclistas (190/146), y teniendo en cuenta que se tratan de datos previos a la apertura del carril bici segregado, «sería de esperar que las cifras sean más altas en estos momentos», afirma Romanillos.

El objetivo del equipo durante los próximos meses será profundizar en la captación de estos datos en colaboración con la EMT, que todas las rutas de BiciMAD durante el próximo año. «Queremos conocer el impacto de los carriles bici construidos en verano de 2017, o cuánto varía el uso en verano, o cuando llueve, o durante determinados eventos, para poder planificar mejor la ciudad», explica Romanillos. Teniendo en cuenta los planes del Consistorio para crear nuevos carriles bici en Madrid, el equipo de Huella Ciclista va a tener mucho trabajo por delante.

 

ORIGINAL:https://elpais.com/ccaa/2018/04/06/madrid/1523036796_210729.html

“La mayor parte de las veces que nos analizan en Internet ni nos enteramos”

Cathy O’ Neil, autora de ‘Armas de destrucción matemática’, asegura que los ciudadanos debemos pedir explicaciones sobre los algoritmos que dominan nuestra vida y aumentan la desigualdad

PATRICIA PEIRÓ

Madrid 16 ABR 2018 – 07:25 CEST

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Cathy O’Neil es una matemática de pelo azul que dedica todos sus esfuerzos a quitar la venda a la ciudadanía sobre los algoritmos que dominan el mundo. Desde los que le indican al banco si eres apto o no para recibir una hipoteca, hasta los deciden quién merece un puesto de trabajo. Un sistema que puede perpetuar las desigualdades existentes en el mundo si no comenzamos a ser críticos, defiende la científica. «Estamos dando poder a unos mecanismos sin preguntarnos si realmente funcionan, eso es un fallo como sociedad», explica desde Nueva York al otro lado del teléfono.

O’Neil, en su libro Armas de destrucción matemática(Capitán Swing). hace un recorrido por algunos ejemplos para poner sobre la realidad esa teoría. Viaja en algunas de sus páginas hasta Reading, una pequeña ciudad de Pensilvania (Estados Unidos) que en 2011 tenía un nivel de pobreza superior al 41%, el más alto de todo el país. Con un cuerpo mermado por la crisis, el jefe de la policía invirtió en un programa de predicción de delitos llamado PredPol que funciona con big data. La aplicación divide la ciudad en cuadrantes y determina en cuál de ellos es más posible que se cometa un delito basándose en el registro histórico de la policía. En el abanico de datos se incluyen desde los más leves como alteración del orden público (beber en la calle, por ejemplo), hasta homicidios.

Cuantos más agentes acuden a los puntos que indica el programa, más detenciones se producen y así se entra en un círculo vicioso que llena las prisiónes de gente, en su mayoría, acusada de delitos menos graves. La mayoría de los detenidos son negros o hispanos. «El mapa de la delicuencia generado de este modo lo que traza en realidad es un rastro de pobreza», apunta la autora. «Seguimos deteniendo a negros por cosas por las que no detenemos a blancos, pero ahora ya no lo decimos abiertamente y lo disfrazamos de ciencia porque lo hacemos con PredPol. Seguimos con el ciclo, porque continuamos arrestando gente de un barrio y los datos nos dicen que tenemos que volver a ese barrio, de esta forma continua la injusticia policial», añade en la entrevista.

Seguimos deteniendo a negros por cosas por las que no detenemos a blancos, pero ahora ya no lo decimos abiertamente y lo disfrazamos de ciencia»

Varios estudios han indicado ya que estamos cediendo el control a unos mecanismos automáticos que perpetúan la discriminación. Desde el algoritmo de Google que detectó en una foto a un negro como un gorila, hasta la máquina que relaciona estar en la cocina con ser una mujer, o el algoritmo de Facebook que mostraba anuncios de casas en venta solo a usuarios blancos. «Los ingenieros piensan en términos de optimizar los recursos, lo que hace falta es diversidad en los equipos que diseñan los algoritmos para que incluyan a gente que piense en las violaciones de los derechos humanos o en como van a afectar esos códigos a la sociedad: sociólogos abogados, psicólogos…», señala.

La matemática asegura que ya es tarde para preocuparse por el hecho de que nuestros datos estén disponibles, que ahora toca preguntar a las compañías y gigantes tecnológicos qué es lo que están haciendo con ellos. “La mayor parte de las veces que nos analizan, especialmente en Internet, ni nos enteramos. Cuando somos conscientes de que nos están puntuando en base a nuestros datos, lo primero que tenemos que hacer es pedir explicaciones, que nos muestren el proceso por el que se nos ha calificado, si es algo importante como una hipoteca o un trabajo, incluso utilizar mecanismos legales. Las veces en las que no nos enteramos, son los Gobiernos europeos y el de Estados Unidos los que tienen que establecer normas que indiquen que cada vez que te estén puntuando tienes que saberlo”, apunta O’Neil.

O’Neil eliminó su cuenta de Facebook hace un año (y la de Twitter tampoco está disponible desde hace unas semanas), justo después de las elecciones en las que ganó Donald Trump y que ahora están en el punto de mira por el uso de los datos de millones de usuarios de Facebook. El escándalo ha llevado a su creador, Mark Zuckerberg, a dar explicaciones en el Senado de Estados Unidos. «Hay que forzar compañías como Facebook a explicar qué estan consiguiendo con productos, en lugar de asumir que están haciendo lo mejor. Ya tenemos la sospecha de que Facebook ha ayudado a difundir noticias falsas, a influenciar el resultado de unas votaciones, a hacer creer a la gente teorías de la conspiración. ¿Por que no tenemos las pruebas reales, por qué no lo enseñan?», se pregunta la experta.

Lo que hace falta es diversidad en los equipos que diseñan los algoritmos para que incluyan a gente que piense en las violaciones de los derechos humanos»

¿Qué sucede con los países menos desarrollados? ¿Son más vulnerables? «Lamentablemente no creo que tengan la oportunidad de tomar las riendas porque las empresas norteamericanas y chinas van a establecer sus reglas más rápido que la propia gente». Los datos varían, pero Africa 2.0 International Foundation apuntaba en una charla hace un año que en el continente africano hay 800 millones de terminales, cuando hace 50 años solo había 40.000 teléfonos. Estos dispositivos, con Internet o sin él, ya son una fuente inagotable de datos para las compañías.

La matemática se muestra optimista, porque al menos los algoritmos forman parte del debate actual, y no se cansa de advertir sobre la confianza ciega en el big data: «Si solo usas datos del pasado, estás condenado a repetirlo. Tienes que preguntarte a dónde quieres llegar, en lugar de limitarte a analizar de dónde vienes. Si estuviéramos orgullosos de nuestro sistema, podríamos querer usar estos datos para seguir con igual, pero no es el caso».

ORIGINAL:https://elpais.com/elpais/2018/04/12/planeta_futuro/1523546166_758362.html

 

El «e-commerce» y su influencia

El comercio electrónico, como todo lo que causa una nueva competencia, no se ha librado de la polémica. Los repartidores «ciclistas» con grandes mochilas a sus espaldas están en el centro de la diana en el debate sobre la precariedad del empleo que genera. Otro aspecto que crea dudas es su efecto sobre los precios, al romper la estacionalidad de las rebajas.

 El experto en «e-commerce» y profesor de Marketing de Penn University, David Bell –que ha visitado esta semana España gracias a ISEM Fashion Business School–, afirma que «desafortunadamente, el comercio on-line produce una situación de precariedad». Se refiere a los trabajadores que forman parte de la Gig economy, en la que normalmente se paga al empleado por servicio. Es decir, los repartidores de Deliveroo o Glovo, cobran por pedalear y recorrer la ciudades recogiendo pedidos en restaurantes para llevársela al consumidor que ha pedido por internet. Lo mismo ocurrió con los repartidores que recientemente buscaba Amazon, aunque en este caso se les ofrecía cobrar por horas, a 14 euros cada una.
Todos estos empleados son los que en la sociedad actual, dice Bell, «bajan». Por otro lado, añade que hay otros que «suben» aprovechando las virtudes de internet. Y básicamente, son sus jefes. A través del mundo digital, se puede mantener una comunicación y un control sobre los trabajadores sin tener, aparentemente, ninguna responsabilidad sobre ellos. También en cuanto a gastos de Seguridad Social, ya que en los ocupados de la Gig economy son «falsos autónomos». Los beneficios, no se reparten de manera equitativa. Para Bell, el comercio electrónico empeora la distribución de la riqueza, haciendo «unos ganen mucho más y otros mucho menos».

FORMACIÓN ESPECIAL

Este es el modelo de trabajo que está compitiendo con el tradicional, y poco a poco le vence terreno. Sin embargo, el comercio electrónico también demanda un tipo de empleado especializado en nuevas capacidades, y la escasez hace que representen la cara opuesta a la precariedad. Son los analistas en «big data», que estudian los hábitos de consumo para perfeccionar las estrategias de venta de las empresas; o los diseñadores de sitios web para que los clientes puedan navegar por ella con facilidad y todo esté distribuido de una manera eficaz y atractiva, porque ese objetivo es compartido con las tiendas off-line.

El mundo físico y el digital en lo que no se consideran simultáneos, es en la estacionalidad de las ofertas. En el comercio tradicional, los mayores descuentos se producen durante las rebajas de invierno y verano, o en días concretos como el «Black Friday». No obstante, en internet todos los días son de rebajas, e incluso existen páginas dedicadas exclusivamente a ellas.

Este fenómeno, al contrario de lo que creen muchos consumidores, no tiene un efecto contundente sobre los precios del comercio tradicional. Florencio García, experto en Retail de Kantar Media, sostiene que «los precios son bastante parecidos, aunque varía según la política de una empresa a otra».

Y reconoce que, de momento, el comercio offline tiene una ventaja sobre el on-line, el ahorro el envío: «Si pagas un extra, te puede salir más cara la compra». Las compañías enfocadas a explotar el comercio electrónico han buscado soluciones para ser más competitivos en los precios. Los servicios Premium, como el de Amazon, ofrecen envíos gratuitos. Hay otras opciones que son algo más complejas como el «click an collet», que consiste en que el «retailer» reúne el pedido y el consumidor sólo tiene que recogerlo. En España, dice García, «no ha tenido éxito este sistema, pero un buen ejemplo es Francia».

La intención es que el consumidor forme parte del propio modelo de negocio aprovechando las virtudes comunicativas de internet. Y va más allá del servicio, también el cliente se convierte en publicista. Las empresas buscan que el usuario tenga una experiencia en su tienda que comparta a través de las redes sociales, y si la publicación incluye la ubicación, el éxito de esta especie de economía circular es pleno.

En definitiva, la compañía se aprovecha del consumidor, pero éste también cuenta con muchas más posibilidades en lo que a información disponible se refiere. Internet permite a los usuarios contar su experiencia con un producto para que, posteriormente, otros puedan decidir con más claridad. De hecho, el estudio Nielsen 360 sobre destaca que el 36% de los consumidores de comercio electrónico dejan su opinión en la red.

Estos juicios son visitados por el 57% de los consumidores, pero en el mundo digital hay otras vías para buscar el mejor precio. El 37% de los usuarios, asegura Nielsen, consulta aplicaciones móviles para ahorrar, mientras que el 48% estudia los diferentes folletos online para comparar importes.

Productos para el hogar

Como pasa con el comercio tradicional, los clientes le dan más vueltas a los precios cuando se preparan para comprar productos más caros. En ese sentido, todo lo relacionado con el cuidado de la casa está entre lo más costoso. Los consumidores, por ello, prefieren buscar este tipo de productos en internet, donde cuentan con mayor variedad de oferta y precios. A parte de que la mayoría de las empresas llevan el pedido hasta el domicilio, y ésto es esencial cuando la compra alcanza volúmenes grandes como en el caso del mobiliario para el hogar.

Ésto, acompañado del renacer del sector inmobiliario, provocará que en los próximos dos años se triplique el número de clientes on-line que compran materiales de construcción, según datos de la Asociación Nacional de Distribuidores de Cerámica y Materiales de Construcción (Andimac). Los profesionales se preguntan si realmente podrán absorber esta capacidad de consumidores, pues ya se encuentran con dificultades para afrontar el hecho de que en los últimos tres años las ventas online de materiales de reforma hayan crecido un 140%, indica la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).

El sector de la construcción es el reflejo de una de las disputas del comercio electrónico, la que enfrenta a los distribuidores con los fabricantes. Si antes, los primeros eran los que llegaban casi con exclusividad al cliente, ahora éstos pueden ir directamente a comprarle a los fabricantes a través de la web. Sin embargo, en España, los distribuidores mantienen intacto su nicho de mercado, y una de las razones es que los fabricantes aún carecen de verdaderas estrategias digitales.

La batalla de los horarios

El hecho de que la web esté abierta 24 horas, perjudica a las posibilidades horarias de las superficies offline, que se enfrenta a obstáculos burocráticos. El presidente de ACES, Aurelio del Pino, sostiene que «no tiene ningún sentido restringir el horario de apertura de una tienda física, cuando las hay online donde puedes comprar y recibir el pedido en unas horas, cualquier día de la semana y a cualquier hora».

Fuente original:  Empleo y precios: grandes dudas del «e-commerce»  https://www.larazon.es/economia/empleo-y-precios-grandes-dudas-del-e-commerce-OP18069227?sky=Sky-Abril-2018#Ttt1ouvokxXQKiVh